La economía real sigue en picada: la industria automotriz no levanta pese al “plan platita” de Caputo

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Un nuevo informe evidencia que el sector automotor argentino permanece estancado incluso con los incentivos oficiales. Las ventas y la producción no reaccionan al programa económico del Gobierno, sumado al deterioro del consumo general y la caída del salario real. El “plan platita” no logra levantar lo estructural.


 

1. Panorama general del deterioro económico

La economía real está sufriendo una recesión persistente: el consumo, el empleo formal y la producción industrial muestran signos claros de fragilidad. El “plan platita” —medidas destinadas a inyectar liquidez o estímulo al gasto— ha tenido efectos limitados, si los tiene, en revertir la tendencia negativa.

Además, un informe del IIEP de la UBA revela que el Salario Mínimo Vital y Móvil ha perdido 32 % de su poder adquisitivo desde noviembre de 2023, ubicándose en niveles similares a los de 2001. Este deterioro general del ingreso impacta directamente en la demanda de bienes durables como autos.

2. El caso del sector automotriz

Pese a que el ministro Luis Caputo ha propuesto varias iniciativas para incentivar el rubro —como que las automotrices vendan vehículos en dólares o presionar para que no trasladen devaluaciones a precios—, los resultados no acompañan.

Por ejemplo:

  • Caputo instó públicamente a que los autos 0 km se vendan en dólares, con la idea de “capturar” divisas que los ciudadanos tienen fuera del sistema formal.

  • En reuniones con representantes de ADEFA (asociación del sector automotriz), también les pidió moderación en los precios y un compromiso con la confianza.

  • A pesar de estas presiones, las automotrices han hecho ajustes de precios incluso luego de compromisos públicos de no hacerlo.

Este dinamismo limitada revela que los incentivos puntuales no pueden contrarrestar las condiciones macroeconómicas adversas: inflación elevada, caída del poder de compra, costos de producción dolarizados y falta de crédito.

3. Factores estructurales que limitan la recuperación

  • Demanda golpeada: con salarios reales en retroceso y empleo formal en caída, los consumidores no tienen capacidad para adquirir bienes costosos.

  • Costos crecientes: los insumos importados, la energía y logística en dólares presionan los costos hacia arriba, y las empresas deben incorporarlo en sus listas.

  • Volatilidad cambiaria: la oscilación del dólar (incluso dentro de banda) genera incertidumbre para fijar precios y tomar decisiones de inversión.

  • Expectativas negativas: los empresarios del sector automotor pueden optar por esperar antes de invertir en producción o lanzar nuevos modelos, dado el entorno incierto.


Lo que emerge es un cuadro de insuficiencia estructural del “plan platita”: puede generar reactivaciones parciales o atenuar crisis puntuales, pero no revertir ciclos largos de caída si no se corrigen los fundamentos macroeconómicos.

Mientras la industria automotriz —uno de los sectores más dinámicos de la economía argentina— sigue mostrando signos de debilidad, la pregunta que queda es si el Gobierno cuenta con herramientas reales (políticas de inversión, estímulos contundentes, estabilidad cambiaria) para que ese sector pueda reemprender su rol de motor.