El salario mínimo real volvió a caer en agosto y toca niveles inéditos desde 2001

El informe del IIEP-UBA revela que el poder adquisitivo del Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM) retrocedió 0,5 % en agosto, acumulando una caída del 32 % desde noviembre de 2023. El salario real equipara valores previos al colapso de la convertibilidad, un escenario nunca visto en más de dos décadas.
1. Datos duros del retroceso
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En agosto de 2025 el SMVM registró una caída del 0,5 % en términos reales frente a julio.
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Desde noviembre de 2023 hasta agosto de 2025, la contracción acumulada alcanza el 32 %.
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En lo que va del año 2025, la baja real es de aproximadamente 3,7 %.
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Según el estudio del Área de Empleo, Distribución e Instituciones Laborales (EDIL) del IIEP, el salario real hoy se ubica en su nivel más bajo desde 2001, antes de que se viniera abajo la convertibilidad.
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Además, desde el pico en septiembre de 2011, el SMVM perdió un 62 % de su poder adquisitivo.
2. Causas del desgaste
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La principal causa es la inflación persistente: los ajustes nominales al salario mínimo no logran compensar el alza de precios.
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Falta de mecanismos automáticos de actualización: los incrementos dependen de decisiones políticas o negociaciones, no de fórmulas vinculadas a inflación u otros índices.
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La recesión económica y la caída del empleo formal agravan la situación general del mercado laboral, limitando la capacidad de presionar por mejoras salariales.
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Contradicciones del discurso oficial: promesas de reactivación del poder adquisitivo chocan con la realidad de una caída sostenida en el salario real.
3. Consecuencias sociales y económicas
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Empobrecimiento de los trabajadores que reciben el mínimo: su ingreso ya no cubre bienes básicos ni servicios cotidianos con la capacidad que tenía años atrás.
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Mayor precariedad y vulnerabilidad: quienes están en la informalidad o con ingresos bajos pierden aún más terreno frente al costo de la canasta básica.
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Desincentivo al consumo: con menor poder adquisitivo, la demanda interna puede debilitarse aún más, afectando la recuperación económica.
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Riesgo político: esta caída sostenida se convierte en una línea de crítica hacia el gobierno, pues pone en evidencia la distancia entre promesas y resultados.
La caída real del salario mínimo en agosto y su nivel más bajo desde 2001 son una señal clara de que la estructura salarial no está acompañando la inflación y que los mecanismos que se usan para actualizarlo resultan insuficientes.
El desafío será doble: por un lado, contener el deterioro del poder adquisitivo de los más castigados; por otro, encontrar alternativas institucionales que garanticen que los salarios mínimamente se protejan del desgaste inflacionario.
Mientras tanto, el SMVM deja de ser solo un piso legal y se convierte en un termómetro del deterioro social y económico en curso.





