Shell pone en venta sus activos en Argentina: riesgo de 2.500 empleos y señales de salida de multinacionales

Raízen, joint venture entre Shell y Cosan, contrató a JP Morgan para vender sus negocios Downstream en Argentina, que incluyen la histórica refinería Dock Sud y más de 700 estaciones de servicio. Se estima que esta decisión pone en riesgo más de 2.500 puestos de trabajo, en un contexto marcado por restricciones cambiarias y baja percepción de rentabilidad local.
La petrolera Raízen ha iniciado un proceso de desinversión en Argentina, contratando a JP Morgan para vender una parte de sus activos locales, lo que generó preocupación por la posibilidad de despidos masivos y por el deterioro del clima de inversión.
¿Qué activos están en juego?
Entre los bienes que Raízen busca vender se encuentran:
-
La refinería de Dock Sud, reconocida como la más antigua del país en operación.
-
Una red de más de 700 estaciones de servicio Shell a nivel nacional, que representan aproximadamente el 18 % del mercado argentino de combustibles.
Origen de la compra / antecedentes
Estos activos fueron adquiridos por Raízen en 2018 por unos USD 950 millones. Además, se encontraban bajo un joint venture entre Shell y Cosan. La empresa ha enfrentado en los últimos años denuncias de presuntas irregularidades en comercio exterior.
¿Cuáles son los riesgos?
-
Empleo: Se calcula que más de 2.500 puestos de trabajo podrían verse afectados si la venta no incluye cláusulas de preservación laboral o si el nuevo comprador reestructura operativamente.
-
Negocios estratégicos en riesgo: Dada la importancia de los activos involucrados (refinería, estaciones, distribución de combustible), su salida o cambio de manos afectaría el abastecimiento, precios, y niveles de inversión en el downstream energético.
¿Por qué se da esta decisión?
Las causas citadas por los analistas y medios incluyen:
-
Cepo cambiario que impide girar utilidades al exterior con facilidad, reduciendo el atractivo para los accionistas internacionales.
-
Percepción de inviabilidad del negocio local, especialmente tras recientes derrotas electorales y medidas económicas que generan incertidumbre para inversiones de largo plazo.
-
El alto costo operativo y regulaciones cambiantes que hacen más difícil planificar negocios sostenibles en industrias con márgenes estrechos como la distribución de combustibles. (Se menciona en los reportes de La Arena, El Ciudadano y otros medios).
Reacciones y declaraciones
-
El presidente de Shell Argentina, Teófilo Lacroze, aseguró que la operación de venta de los activos “Downstream” debería ser “imperceptible” para los clientes y que no contempla despidos masivos, aunque reconoció que se debe revisar el acuerdo para ver qué impacto real podría tener en las fuentes de trabajo.
-
En paralelo, algunos analistas advierten que aunque la empresa prometa conservar los empleos, la transferencia de activos suele traer ajustes operativos, cambios en gestión e incluso eventuales reducciones de personal si el comprador reestructura.
Conclusión:
La decisión de Raízen de poner en venta sus activos Downstream en Argentina —incluyendo la refinería Dock Sud y cientos de estaciones de servicio— configura una señal de alerta para el sector energético y el empleo. En un contexto económico marcado por restricciones cambiarias, inestabilidad normativa y baja previsibilidad, las empresas multinacionales evaluan seriamente su permanencia. Aunque desde Shell y Raízen aseguran que no habrá despidos, la magnitud de los activos involucrados y las complejidades operativas sugieren que los riesgos están presentes.





