Senasa moderniza el control fitosanitario en la Patagonia con un nuevo modelo de vigilancia móvil

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El organismo implementa un sistema innovador que reemplaza las postas fijas por unidades móviles adaptadas al tránsito y al riesgo sanitario. Buscan mejorar la eficiencia sin comprometer el estatus libre de plagas de la región.

El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) puso en marcha este mes una nueva modalidad de control fitosanitario móvil en la región patagónica, con el objetivo de modernizar y optimizar el sistema de vigilancia que protege el estatus sanitario del sur argentino.

El nuevo enfoque busca reemplazar gradualmente las históricas barreras fijas por unidades móviles de control, con mayor flexibilidad y capacidad de adaptación a los flujos de tránsito estacionales. Esta estrategia fue detallada en la Resolución 465/2025, publicada esta semana por el organismo.

“La innovación tecnológica y la planificación dinámica son esenciales para mantener el estatus sanitario de la Patagonia sin interferir innecesariamente en la circulación”, explicaron autoridades del Senasa en un comunicado oficial.

¿Qué cambia con este nuevo sistema?

El esquema tradicional, con puestos fijos en puntos específicos de ingreso a la región, será reemplazado por un modelo itinerante, que permitirá realizar controles más estratégicos según el riesgo y la época del año.

  • Las unidades móviles estarán equipadas con sistemas de escaneo, tecnología georreferenciada y personal capacitado para identificar productos vegetales y animales prohibidos o contaminados.

  • Se mantendrá una cobertura total en los principales corredores que comunican la Patagonia con otras regiones del país.

  • El modelo no implica “relajamiento” en los controles, sino una gestión más eficiente de los recursos, en línea con estándares internacionales de sanidad vegetal.

¿Por qué es importante esta medida?

La barrera fitosanitaria patagónica es una herramienta clave para prevenir la introducción de plagas como la Mosca de los Frutos o la Lobesia botrana, que podrían afectar gravemente la producción frutihortícola y forestal de la región.

Desde hace más de 30 años, la Patagonia se mantiene como zona libre de plagas cuarentenarias, lo que le permite acceder a mercados internacionales exigentes, especialmente en frutas de pepita (manzanas y peras), cerezas y productos orgánicos.

Con este nuevo esquema, el Senasa busca sostener ese estatus privilegiado, reducir demoras logísticas y reforzar la presencia territorial con tecnología y movilidad.

Reacciones y próximos pasos

La medida fue bien recibida por productores y cámaras agroindustriales del Alto Valle, Valle Medio y Comarca Andina, quienes valoraron que no se debilita la protección sanitaria, sino que se adapta a una nueva lógica territorial.

No obstante, organizaciones de defensa del consumidor y agrupaciones ambientalistas solicitaron mayor difusión y monitoreo de los resultados durante los primeros meses de implementación.

El Senasa anunció que durante el segundo semestre de 2025 se evaluará la efectividad del modelo y se incorporarán nuevas tecnologías, como inteligencia artificial para detección automatizada de plagas.