Nadie sabe qué empresario pagó el acto de Milei en el Movistar Arena (costó medio millón de dólares)

El reciente acto de Javier Milei en el Movistar Arena generó un escándalo no solo por su espectacularidad, sino también por el misterio que rodea su financiamiento. Aunque varios productores estiman que el costo superó los 300 mil dólares, no hay información oficial sobre quién lo pagó. Entre las versiones circula el nombre de la familia Kovalivker, vinculada con la farmacéutica Suizo Argentina.
01. Las estimaciones de costo
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Tres productores del rubro coincidieron en que un espectáculo de ese tamaño “no sale menos de 300 mil dólares”. Pero al sumarse transporte, seguridad, traslado de militantes, decoración, sonido, luces y logística, el monto final podría alcanzar cifras aún mayores.
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En otros medios se habla de costos estimados de 260 mil dólares para ese show (como lo publicó En Orsai).
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La magnitud del evento fue similar a la de un gran concierto comercial, con más de 11.000 asistentes y un despliegue técnico robusto.
2. Lo que dijo el oficialismo
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Manuel Adorni, vocero presidencial, aseguró que el acto fue costeado por la editorial que publicó el libro del presidente, y que “no le costó ni un solo peso a los argentinos”.
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Según Adorni, aunque el evento tenía elementos de espectáculo, su núcleo era la presentación de la obra La Construcción del Milagro, y el financiamiento estaba en el ámbito privado.
3. Las sospechas que circulan
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La familia Kovalivker, propietaria de la farmacia Suizo Argentina (vinculada a investigaciones de sobornos), habría aportado 150 mil dólares más gastos de seguridad para cubrir parte del evento, canalizados a través de la editorial.
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En redes y notas alternativas se menciona que la editorial “pagadora” habría sido Hojas del Sur, que colaboraría con ese financiamiento.
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Diputados de la Coalición Cívica, como Marcela Campagnoli, ya presentaron pedidos de informes para que el Ejecutivo detalle el costo real, los servicios contratados y el origen del financiamiento.
Este acto presidencial funciona como una puesta en escena de poder, pero deja una pregunta insoslayable: ¿quién financió el espectáculo? Que un evento de gran magnitud ocurra sin transparencia sobre sus costos genera espacio para sospechas y exige rendición de cuentas.
Las versiones del oficialismo intentan deslindar responsabilidad pública, pero las denuncias que apuntan a empresarios vinculados a casos previos de corrupción requieren investigación formal.
En política, el as en la manga puede ser invisible hasta que lo piden. Y esta vez lo piden en voz alta: que se sepa la factura, el responsable y el vínculo con el poder.





