Milei autoriza el ingreso de tropas de EE. UU. sin pasar por el Congreso: un nuevo giro en la crisis de soberanía

Mediante el Decreto 697/2025, el presidente Javier Milei habilitó la entrada de fuerzas estadounidenses al territorio argentino para ejercicios militares, además de permitir participación argentina en maniobras en Chile. La medida, tomada por decreto y sin aprobación parlamentaria, enciende señales de alerta sobre límites institucionales y exigencias externas en el contexto de su negociación con EE. UU.
1. El decreto y sus alcances
Este martes, el gobierno nacional publicó el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 697/2025, con el que autoriza:
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El ingreso de hasta 30 efectivos de la Naval Special Warfare (NSW), unidades especiales de operaciones navales de EE. UU., para entrenamientos en territorio argentino.
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Los ejercicios se denominarán “Tridente” y se desarrollarán entre el 20 de octubre y el 15 de noviembre, con sedes en las bases navales de Mar del Plata, Ushuaia y Puerto Belgrano, abarcando terrenos terrestres, marítimos y zonas de instrucción mixta.
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También autoriza que tropas argentinas participen en el ejercicio “Solidaridad” en Puerto Varas, Chile, entre el 6 y 10 de octubre, como parte de cooperación ante emergencias y catástrofes en el marco del acuerdo bilateral de 1997 entre ambos países.
El decreto justifica su uso por la “naturaleza excepcional” de la situación y la imposibilidad de cumplir con los trámites ordinarios del Congreso ante la proximidad de las fechas ya fijadas para los ejercicios.
2. Conflicto constitucional e institucional
El punto crítico es que la Constitución Nacional, en su artículo 75 inciso 28, establece que es facultad exclusiva del Congreso autorizar la entrada y salida de tropas extranjeras del territorio nacional.
La Ley 25.880 (2004) regula ese procedimiento, fijando que los planes de ejercicios conjuntos deben pasar por tratamiento legislativo previo.
En la práctica, Milei elude ese control al usar un DNU —instrumento extraordinario— para autorizar lo que constitucionalmente le corresponde al Congreso.
Sectores de la oposición, especialistas en defensa y exfuncionarios advirtieron que la medida constituye una violación institucional grave. María Cristina Perceval, exembajadora ante la ONU, expresó que el Gobierno “desconoce al Congreso, desconoce las leyes vigentes” y actúa como si él fuera el Estado.
Asimismo, el exministro Jorge Taiana recordó que ejercicios propuestos antes habían sido rechazados por consideraciones de soberanía geográfica y estratégica, especialmente con Ushuaia como punto de acceso al Atlántico Sur y proyección antártica.
3. Interpretaciones políticas y geoestratégicas
Este decreto suma otra capa al conjunto de decisiones controvertidas recientes del gobierno:
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Se produce en un momento de negociaciones con EE. UU. por un rescate financiero millonario, que muchos interpretan con condicionamientos de alineamiento estratégico.
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La decisión focaliza en Ushuaia, una zona sensible por su proyección hacia la Antártida y al Atlántico Sur, lo que levanta alertas sobre involucramientos militares extranjeros en regiones estratégicas.
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La autorización de tropas estadounidenses genera suspicacias sobre cuánto cede Argentina en materia de soberanía militar a cambio del apoyo externo.
La coyuntura política, con elecciones legislativas próximas, sugiere que el decreto podría tener un objetivo estratégico: mostrar alineamiento y compromiso con EE. UU., como parte del paquete simbólico de respaldo que ya incluye el rescate, el control del dólar y los planes de consumo para sectores sensibles.
4. Riesgos y escenarios futuros
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Controversias legales: La Comisión Bicameral del Congreso tiene un plazo de 10 días hábiles para dictaminar sobre la validez del DNU 697. Si el Congreso lo rechaza, podría generarse choque institucional.
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Resistencia política local: Líderes de Tierra del Fuego, como el intendente Vuoto y el gobernador Melella, manifestaron rechazo, advirtiendo que la provincia no será “moneda de cambio” para fines electorales ni entrega de soberanía.
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Percepción internacional: Gobiernos latinoamericanos, académicos o medios con mirada crítica podrían interpretar que Argentina está reforzando su dependencia militar en EE. UU., lo que impactaría en su imagen regional.
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Consecuencias tácticas: Si este tipo de maniobras se sostienen, podría normalizarse que medidas de alto impacto estratégico se tomen por decreto, debilitando aún más el rol institucional del Congreso.
La autorización del ingreso de tropas estadounidenses por decreto sin pasar por el Congreso es un hecho de inusitada gravedad institucional. No se trata solo de un ejercicio militar conjunto más, sino de una decisión que toca directamente el núcleo de la soberanía nacional, cruzando normas constitucionales y ampliando el margen de condicionamientos externos sobre Argentina.
En este escenario, el país ingresa a un terreno donde la política, la economía y el poder militar se entrelazan con fuerza. Cómo responda el Congreso, cómo se posicione la oposición, cómo reaccionen las provincias y cómo se interprete desde el extranjero marcarán si la jugada se convierte en un precedente autoritario o en un capítulo definitorio de un país que resigna autonomía para sostenerse.





