La economía empieza a estancarse en el gobierno de Milei: el ajuste afecta incluso a las segundas marcas

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El optimismo de algunos meses atrás da paso a señales preocupantes: en el segundo trimestre la actividad económica cayó un 0,1 % respecto al primero, y otros datos recientes apuntan a que el estancamiento podría extenderse a julio e incluso agosto. Mientras tanto, los consumidores ajustan sus gastos, optan por segundas marcas y recortan rubros no esenciales. El panorama complica las expectativas del gobierno para revertir la crisis.


 

  • En julio, la economía volvió a mostrar caídas mensuales: se registró una disminución del 0,1 % respecto a junio. Esto suma presiones sobre un horizonte que ya venía con tensiones por las tasas de interés elevadas y la contención del crédito para contener expectativas cambiarias.

  • En el segundo trimestre, el PBI cayó 0,1 % frente al primero del año. Si esta tendencia se confirma para el tercer trimestre (julio-septiembre), el país podría estar en la antesala de una nueva recesión. Algunos economistas hablan más bien de “estancamiento” ante la ausencia de factores que impulsen un rebote clara.

  • La baja en actividad se refleja también en el consumo. Encuestas recogen que:
      • El 60 % de los hogares afirma haber reducido gastos en ocio.
      • El 51 % optó por comprar segundas marcas.
      • El 48 % ajustó gastos de indumentaria.
      • Un 13 % dio de baja su prepaga.
      • Un 11 % redujo otros rubros diversos.

  • En supermercados y comercios, casi el 70 % de las ventas se realizan bajo promociones o descuentos. Si no hay descuento, muchos productos no se venden. “La rotación estática”, dicen comerciantes locales.

  • El gobierno cuenta con algunas herramientas para intentar contrarrestar esta dinámica: recortes fiscales, estímulos puntuales o reformas estructurales que esperaban tener efecto en un horizonte más amplio. Pero los tiempos electorales limitan la velocidad de reacción.

  • En el gobierno reconocen que la “incertidumbre económica” persistirá por lo menos hasta finales de octubre, lo que sugiere que será difícil revertir el estancamiento antes de las elecciones legislativas.


Conclusión:
El escenario que comienza a perfilarse indica que la economía de Argentina no sólo dejó de crecer, sino que entró en una fase de fragilidad: los consumidores sufren el impacto, las ventas ceden y las expectativas de recuperación pierden impulso. Para el gobierno de Milei, que recibió la administración con promesas de crecimiento rápido, este momento es una prueba clave: deberá demostrar que tiene herramientas para revertir la tendencia sin recurrir a soluciones ad hoc ni comprometer la estabilidad macroeconómica. Si no logra demostrar resultados tangibles antes de octubre, los costos políticos podrían ser tan significativos como los económicos.