“Guerra de nervios” en la Casa Rosada: Washington apura a Milei para retocar el gabinete

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En los últimos días se desató una interna encendida en la Casa Rosada: según fuentes locales, desde Washington habrían transmitido al gobierno argentino exigencias para reforzar gobernabilidad, profundizar reformas y apuntalar el equipo con cambios de ministros. El nombre de Santiago Caputo aparece como uno de los señalados en ese eventual recambio, mientras el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, enfrenta críticas desde dentro y fuera del oficialismo.


Exigencias y negociaciones con sello estadounidense

  • El medio Letra P asegura que la Casa Blanca, canalizada a través del lobista Barry Bennett, habría hecho llegar al entorno de Milei una “agenda de interés” que incluye reformas laborales y tributarias, así como un repunte de gobernabilidad respaldado por ajustes en el gabinete.

  • En particular, Bennett habría destacado a Caputo como “un hombre clave”, confiable tanto para “sistemas” como para la política, aunque sin referirse explícitamente a cargos oficiales.

  • En ese marco, se abre la posibilidad de que Milei —especialmente tras las elecciones del 26 de octubre— opte por “un reseteo” político del gabinete para alinear fuerzas aliadas y mostrar señales de respaldo internacional.

Tensiones internas: Francos, Sturzenegger y el eje China-EE.UU.

  • El ministro coordinador Guillermo Francos es uno de los más cuestionados, tanto por sectores internos como por diplomáticos estadounidenses que observan su historial con China —relaciones que Washington ve con recelo en el contexto de su rivalidad geopolítica.

  • Por su parte, el ministro de Desregulación Federico Sturzenegger habría generado tensión al anticipar, en foros internacionales, cambios en el régimen cambiario o flexibilidad en las bandas —algo que en el Ejecutivo inmediatamente desactivaron como “equivocación de interpretación”.

  • En Balcarce 50 explican que estos cruces obedecen a las distintas líneas internas del gobierno: una más pragmática y vinculada al mundo financiero internacional, y otra más radical, menos dispuesta a ceder espacio.

El contexto político-económico que empuja el cambio

  • La visita reciente de Milei a Estados Unidos, y el respaldo diplomático expresado por figuras como el secretario del Tesoro Scott Bessent, habrían inyectado aire al oficialismo justo en un momento de desgaste local.

  • En paralelo, el gobierno espera que con anuncios “visibles” y un gabinete alineado, pueda comenzar a frenar la hemorragia de confianza de mercados e inversores frente a la inminencia electoral.

  • Los nombres que circulan como posibles reemplazos o reubicaciones se vinculan al ala cercana a Caputo, aunque en el entorno oficial insisten en que el presidente mantendrá la última palabra —y podrá pasar por alto presiones externas.

El pulso entre la Casa Blanca y la Casa Rosada por el destino del gabinete no es solo una batalla política interna: pone de manifiesto la tensión entre las exigencias externas (relacionadas con respaldo financiero y diplomático) y las lealtades internas del oficialismo. Si Milei decide ceder y restructurar su equipo, el cambio podría marcar un antes y un después en su gestión. Si resiste, deberá tolerar crecientes desafíos de legitimidad y presiones cruzadas.
El 26 de octubre no solo evaluará la dirección ideológica del país: será un hito para saber hasta dónde puede llegar la influencia foránea en la conformación del gobierno argentino.