Expectativa por el dólar: pese a la baja, persisten las dudas en la City sobre la banda cambiaria

El dólar oficial volvió a recalentarse tras una fuerte baja poselectoral, cerrando algunos bancos en torno a los $1.500 para la venta. Aunque la reciente elección impulsó un alivio inicial en los mercados cambiarios, el esquema de bandas establecido por el gobierno sigue siendo fuente de incertidumbre.
¿Qué pasó en la última jornada?
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Después de que el tipo de cambio mayorista se desplomara a un mínimo de $1.350 en la apertura del lunes (una caída del “-9,5 %” respecto del viernes) antes de cerrar en alrededor de $1.435, el martes experimentó un rebote, cerrando a cerca de $1.470 para el mayorista.
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En bancos privados, la cotización para la venta ya llegó a los $1.500 en algunas entidades.
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En los dólares “paralelos” o financieros: el MEP escaló hacia $1.475,07 (+2,7 %) y el Contado con Liquidación (CCL) cotizó en torno a $1.485,99.
¿Por qué no se apacigua la tensión cambiaria?
A pesar de la buena noticia política para el gobierno, los analistas advierten varios factores que mantienen la presión sobre el dólar:
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La banda cambiaria —el techo fijado para el dólar oficial— se encuentra casi alcanzada, lo que limita el espacio para nuevas apreciaciones sin que el gobierno intervenga.
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La acumulación de reservas del Banco Central de la República Argentina sigue siendo un flanco débil: hasta tanto no se logre reforzar, la incertidumbre sobre la estabilidad cambiaria permanece.
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La demanda estructural de dólares para coberturas, vencimientos de deuda, y operaciones vinculadas al agro también se mantienen activas, lo cual genera presión alcista.
¿Qué se observa que puede suceder de ahora en más?
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Que el gobierno opte por ajustar el régimen de bandas —por ejemplo modificar el piso o el techo— para dar más margen al tipo de cambio y facilitar la compra de reservas.
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Que si la demanda de dólares se reactiva, el tipo de cambio oficial pueda volver a acercarse al techo de la banda, lo que obligaría a intervenciones o a mayor presión para flexibilizar el régimen.
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Que el mercado se vuelva más cauteloso y busque orientarse no solo por el tipo de cambio oficial, sino por los “futuros”, los dólares vinculados (dólar linked) y los paralelos, lo cual añade complejidad al panorama.
Conclusión
Aunque el resultado electoral dio al gobierno un respiro y generó optimismo, el campo cambiario muestra que las dudas persisten. El dólar no encuentra aún un punto de estabilidad cómodo dentro de la banda, la acumulación de reservas sigue siendo un desafío, y los agentes del mercado siguen atentos a cualquier señal de ajuste del régimen. En este contexto, el dólar se convierte en un texto anticipador de lo que podría venir en materia económica, y la clave estará en si el gobierno logra conjugar crecimiento, reservas y estabilidad cambiaria de manera simultánea.





