El Gobierno decide que Javier Milei no participe en televisión la semana previa a las elecciones

La decisión marca un giro en la estrategia de comunicación del oficialismo y evidencia tensión interna en su campaña.
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El desgaste mediático de Milei: la nota cita a un dirigente libertario cercano al mandatario que definió su estado como “enojado y cansado”.
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El riesgo de que una aparición televisiva derive en un error comunicacional o en un enfrentamiento público que afecte la percepción del Gobierno en un tramo crítico de la campaña.
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La idea de evitar que un formato de entrevista televisiva produzca titulares adversos o ponga en evidencia debilidades del oficialismo justo antes de los comicios.
Implicancias para la campaña
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Aunque la decisión pueda parecer una forma de proteger al mandatario, también refleja una vulnerabilidad: que se considere más seguro que no hable que que aparezca públicamente.
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El medio televisivo tradicional pierde así una oportunidad de mostrar al jefe de Estado en un formato controlado, lo que limita la posibilidad de contrarrestar narrativas opositoras o de filtrar mensajes positivos de última hora.
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Internamente, la medida refuerza la idea de que el equipo de campaña prioriza la gestión del riesgo por sobre la proyección comunicacional, lo que puede interpretarse como un cambio de táctica en la recta final.
Contexto político más amplio
El Gobierno de Milei llega a un momento electoral complejo: desaceleración económica, indicadores que se complican, presión internacional y debates internos sobre cómo consolidar el apoyo parlamentario. Esta cautela comunicacional puede leerse como un síntoma de que el oficialismo calcula que más que ganar votos nuevos, corre detrás de no perder los que ya tiene.
Además, en un escenario donde la figura de Milei ha sido tanto un motor de campaña como un foco de controversias (por su estilo, por sus declaraciones y por escándalos que involucran cercanos), priorizar la visibilidad en redes o en actos controlados en vez de en televisión abierta muestra una apuesta estratégica por formatos menos riesgosos.
Lo que sigue
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Se espera que el presidente continúe con apariciones masivas en actos públicos, movilizaciones territoriales y recorridas por distritos clave, en vez del formato televisivo tradicional.
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El equipo de comunicación del Gobierno tendrá que suplir la ausencia de una entrevista televisiva con contenidos virales, spots, anuncios rápidos o redes sociales para seguir impactando en la opinión pública.
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Quedará por verse si esta estrategia resulta eficaz: si por un lado evita errores en los medios tradicionales, por otro limitará la exposición directa de Milei ante segmentos que aún siguen informándose por tv abierta.





