El Gobierno apunta a una “Ley Bases II”: lo que quedó afuera de la primera ronda vuelve al centro del debate

A pocos días de las elecciones de medio término, el oficialismo encabezado por Javier Milei anuncia la convocatoria de una segunda versión de la denominada Ley Bases —la “Ley Bases II”— para incluir los ejes que no fueron aprobados en 2024 y avanzar con nuevas reformas estructurales. Así lo confirmó Alejandro Cacace, secretario de Desregulación, en la Comisión de Presupuesto y Hacienda del Congreso.
En junio de 2024, el Congreso sancionó la Ley Bases, un paquete de reformas administrativas, económicas, fiscales, laborales y previsionales que remitía a un cambio profundo del Estado. Sin embargo, la versión aprobada quedó parcialmente desdibujada tras intensas negociaciones: el proyecto inicial contaba con aproximadamente 664 artículos, pero finalmente fue reducido a unos 238.
La Ley Bases II aspira a retomar los elementos que fueron retirados o limados en aquella primera sanción y sumar nuevos puntos de reforma. Según Cacace, el plan incluye un “decálogo” que engloba:
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la inviolabilidad de la propiedad privada
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el equilibrio fiscal como principio “innegociable”
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la reducción del gasto público hasta alcanzar el 25 % del PBI
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una reforma tributaria amplia
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una revisión de la coparticipación federal
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explotación de recursos naturales
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una reforma laboral “moderna”
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una reforma previsional
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educación inicial, primaria y secundaria “modernizadas”
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apertura al comercio internacional.
Además, se conoció que el Ejecutivo prevé enviar los proyectos el 15 de diciembre, una vez que tenga lugar el recambio legislativo en ambas cámaras.
El contexto en el que se lanza esta ofensiva legislativa es complejo. El Gobierno arrastra desgaste parlamentario, no cuenta con mayoría propia para asegurar la sanción fácil de sus proyectos y debe negociar con gobernadores, aliados y bloques de centro. Por otro lado, el oficialismo viene de un año de recortes, despidos en el sector público —54.000 trabajadores despedidos en los últimos 18 meses según declaraciones oficiales— y eliminación de decenas de organismos estatales.
Los analistas y sectores de la oposición advierten que la Ley Bases II podría significar un nuevo paquete de medidas de ajuste con impacto social muy profundo. Críticos laborales señalan que la reforma laboral incluida en la Ley Bases original “no generó un solo empleo registrado” y que más bien favoreció la precarización.
Con la mira puesta en noviembre, cuando se celebren las elecciones de medio término, el Gobierno de Milei lanza la Ley Bases II en un intento por retomar la agenda política, recuperar iniciativa y apuntalar su proyecto reformista. Pero el escenario no está despejado: sin lista propia mayoritaria, con un Congreso exigente y una ciudadanía que empieza a sentir los efectos de las reformas anteriores, el éxito de esta segunda ronda depende tanto de la construcción política como de la capacidad de convencer al electorado de que las medidas son necesarias. Si no lo logra, la Ley Bases II puede convertirse en otro papel en el que se proyectan grandes cambios… que luego deberán negociarse.





