El Gobierno activa la discusión de la reforma tributaria que Milei quiere aplicar en 2026 y la lleva hoy al Consejo de Mayo

El presidente Javier Milei avanza en la preparación de su proyecto de reforma tributaria estructural, que será discutido hoy en el Consejo de Mayo, un espacio que reúne a gobernadores, ministros y referentes económicos. El objetivo del Ejecutivo es generar consensos políticos antes de enviar el texto definitivo al Congreso, con la meta de que entre en vigencia en 2026. La iniciativa apunta a simplificar el sistema impositivo, eliminar gravámenes considerados distorsivos y fortalecer el clima de inversiones, aunque enfrenta resistencias de sectores provinciales y dudas sobre su impacto en la recaudación.
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Ejes de la reforma: Según lo adelantado por funcionarios del área económica, la propuesta se centra en tres puntos: reducción del número de tributos, eliminación de impuestos con baja recaudación o efecto regresivo, y promoción de un esquema más competitivo para atraer capitales extranjeros. Milei ha señalado en reiteradas ocasiones que la “maraña impositiva” actual frena la productividad y la formalización del empleo.
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Transición hacia las reformas estructurales: Tras la fase inicial de estabilización macroeconómica —que incluyó ajustes fiscales, control del gasto público y negociaciones con organismos internacionales—, el gobierno considera que llegó el momento de impulsar las reformas de “segunda generación”. En ese paquete figuran la tributaria, la laboral y una mayor apertura comercial, que se pretenden implementar de forma escalonada a partir de 2026.
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Consejo de Mayo como termómetro político: La reunión de hoy es clave para medir resistencias. Gobernadores, en especial los del norte y las provincias patagónicas, ya expresaron inquietudes respecto a una posible reducción de la coparticipación o pérdida de autonomía fiscal. El oficialismo busca dar garantías de que la reforma no implicará un debilitamiento de los ingresos provinciales, aunque todavía no se conoce en detalle el mecanismo compensatorio.
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Impacto sobre la recaudación: Expertos señalan que la eliminación de impuestos menores podría tener poco efecto inmediato en la recaudación total, pero existe temor de que la baja simultánea de tributos distorsivos —como Ingresos Brutos o el impuesto al cheque— genere un bache fiscal difícil de cubrir. Para el equipo económico, ese déficit sería absorbido por el crecimiento esperado de la actividad y una mayor formalización.
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Resistencias empresarias y sindicales: Mientras cámaras industriales y de exportadores ven con buenos ojos la reducción de impuestos, pymes y comercios advierten que sin un esquema gradual podrían perder competitividad. En paralelo, gremios temen que el nuevo modelo venga acompañado de reformas laborales que flexibilicen condiciones de contratación y aumenten la presión sobre los trabajadores.
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Contexto político: La discusión se da en un momento en que Milei intenta consolidar apoyos parlamentarios y provinciales tras meses de tensiones. El Consejo de Mayo, concebido como un espacio de diálogo federal, funciona como laboratorio político para probar acuerdos antes de llevar el debate al Congreso. Sin embargo, analistas advierten que el oficialismo no tiene asegurada una mayoría estable para aprobar una reforma de esta magnitud.
La puesta en marcha de la reforma tributaria marca un punto de inflexión en la gestión de Javier Milei, que busca pasar del ajuste inicial a un rediseño de las reglas estructurales del país. No obstante, la viabilidad del proyecto dependerá de su capacidad de tejer consensos con gobernadores, legisladores y sectores económicos que temen perder recursos. El desafío será doble: equilibrar la necesidad de alivio fiscal con la obligación de sostener la recaudación y, al mismo tiempo, demostrar que la simplificación impositiva puede traducirse en crecimiento económico real.





