Caputo despliega reservas: vendió el 20 % de lo que compró a las cerealeras en un solo día

El ministro de Economía, Toto Caputo, habría intervenido el mercado cambiario con una venta de USD 450 millones para contener la suba del dólar, equivalente casi al 20 % de lo que compró recientemente a las cerealeras. La operación desató críticas sobre el agotamiento de reservas y los límites del esquema antes de las elecciones.
1. ¿Qué pasó exactamente?
Según LetraP, Caputo vendió unos USD 450 millones en una sola rueda para mitigar la presión sobre el tipo de cambio. Esa cifra representaría cerca del 20 % de los dólares que había comprado previamente a las cerealeras, tras la exención de retenciones.
La operación no fue suficiente para calmar los mercados: el dólar oficial continuó con tendencia al alza.
2. Origen de los dólares: retenciones cero y negociaciones con las cerealeras
Parte de los dólares intervenidos provienen del esquema temporal de retenciones cero para exportaciones agrícolas, que buscaba impulsar liquidaciones de divisas. Caputo había negociado con las cerealeras para que liquiden esos dólares bajo ese régimen especial.
Tras esa medida, el gobierno logró apropiarse de una porción de los dólares liquidados por las empresas exportadoras, pero no todos. Parte del volumen quedó en manos privadas.
3. Críticas y riesgos del movimiento
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Desgaste de reservas: vender USD 450 millones en una rueda implica un sacrificio importante del stock de divisas residuales.
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Credibilidad puesta en jaque: los mercados pueden interpretar estas maniobras como señales de agotamiento del “arma” cambiaria.
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Sostenibilidad limitada: el gobierno ya había desplegado medidas extraordinarias; repetir estas ventas será cada vez más costoso.
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Descontento del campo: productores e intermediarios menores critican que los grandes beneficiados con retenciones cero sean precisamente las cerealeras, no ellos.
4. Perspectivas y lo que resta
Faltan pocas semanas para las elecciones legislativas, y el gobierno necesita sostener el tipo de cambio sin colapsar las reservas.
En ese contexto, la operación de Caputo puede verse como un intento desesperado por contener las expectativas más que como una solución estructural.
Si los mercados perciben que la compra de dólares al sector agroexportador fue meramente un “ingenio contable” y no una acumulación genuina de reservas, la confianza puede seguir erosionándose.
El episodio revela la tensión extrema del esquema cambiario: los mecanismos extraordinarios que parecían tener margen ya están siendo utilizados de forma intensiva.
Vender un porcentaje significativo de lo que se había captado de las cerealeras no es solo una operación financiera: es una señal de que el margen se estrecha y que el gobierno comienza a transitar el límite de lo soportable.
Mientras tanto, queda la pregunta: ¿hasta cuándo puede sostenerse ese esfuerzo sin que colapse el sistema financiero y sin que el costo político sea insostenible?





