Afirman que el acto de Milei costó al menos 300 mil dólares y los “Lilitos” exigen saber quién lo financió

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Durante el fin de semana, aparecieron estimaciones que sitúan el costo del acto de lanzamiento del libro presidencial en torno a los 300 mil dólares, sumando alquiler de luces, sonido, micros, seguridad y logística. Desde la Coalición Cívica ya pidieron informes oficiales al jefe de Gabinete para que explique quién cubrió esos gastos y cómo se financió el evento multitudinario.


 

1. Los cálculos que encendieron el debate

Fuentes vinculadas a producciones de grandes eventos consultadas por LPO evaluaron que un show como el de Milei, realizado en el Movistar Arena con más de 11.000 asistentes, no puede costar menos que 300 mil dólares si se consideran los rubros esenciales:

  • alquiler de estadio, escenario y estructura técnica

  • servicios de sonido, iluminación, pantallas y video

  • transporte (micros para movilizar público desde el Conurbano y otras provincias)

  • seguridad, logística dentro del recinto y staff técnico

  • gastos conexos de producción

Uno de esos productores comentó que solo el traslado masivo de personas desde el Conurbano, con cientos de micros, podría representar cientos de millones de pesos. Otro aseguró que los proveedores involucrados —luces, sonido, pantallas— suelen trabajar en ese rango de precios incluso para empresas privadas de gran envergadura. (Adaptado de LPO).

También circuló en redes la idea de que el financista del evento pudo haber sido la familia Kovalivker, vinculada a una droguería que aparece en investigaciones por presuntos pagos en el área de Discapacidad. Esa versión todavía no fue confirmada públicamente.

2. La presión política: “Lilitos” exigen respuestas

Ante esas estimaciones, legisladores de la Coalición Cívica (CC-ARI) presentaron un pedido de informes al jefe de Gabinete Guillermo Francos. Reclaman que el Ejecutivo revele:

  • el costo final del acto (alquiler, producción, servicios)

  • las fuentes de financiamiento (si fue con fondos públicos, privados o donaciones)

  • si hubo contratos adjudicados sin licitación o con cláusulas excepcionales

Desde la CC aseguran que estos gastos no pueden quedar en la discrecionalidad del poder, especialmente cuando se trata de eventos políticos de alta visibilidad.

3. Contexto y posibles implicancias

Este episodio sucede en un momento de alta sensibilidad política, con denuncias de corrupción (Libra, vínculos con Machado) y cuestionamientos constantes a la transparencia del gobierno. Revelar quién pagó el evento no es solo un acto administrativo, sino una señal simbólica de rendición de cuentas hacia la ciudadanía.

Si el financiamiento provino de recursos privados, cabrá preguntarse si existe algún tipo de beneficio futuro o contraprestación. Si fue con recursos estatales, la controversia se amplifica: ¿se justifica el uso del erario para actos partidarios o lanzamientos de imagen?

Además, en redes se viralizó otro dato polémico: que Milei habría invertido 300 mil dólares en tres vuelos presidenciales para llegar a Tierra del Fuego, algo que ya fue registrado como otro episodio cuestionado.

Legisladores y partidos opositores ahora tienen frente suyo una agenda concreta: que las respuestas no queden en declaraciones, sino en documentos y comprobantes oficiales.


Lo que comenzó como una curiosidad sobre el costo de un acto político se convirtió en un foco de debate institucional: la pregunta sobre quién financia el espectáculo de poder cobra importancia democrática.
Si el gobierno no responde con claridad y transparencia, el costo del show puede terminar saldándose no en pesos sino en crédito político y reputacional.
La sociedad tiene derecho a saber quién pagó la fiesta, aunque la política no quiera que esa respuesta suene en los micrófonos.